lunes, 25 de enero de 2010

La rosa roja... ¿y bella?




A continuación comparto un video que fuera grabado por mi buen amigo Christian Ruiz el pasado sábado 16 de enero por la noche, en el que recordaba junto a él y otros tres amigos más algo que yo les había referido anteriormente.

Christian intitula el video ¿La rosa que es roja es bella o la rosa que es bella es roja?, y sí, en efecto, en esta breve intervención lo que intento -y no con poco de afán por propiciar la chanza- es poder darnos cuenta de cuán objetivas pueden ser algunas de nuestras apreciaciones sobre las cosas, y en general, sobre las personas y el mundo que nos rodea.

Así, en esta ocasión lo que quiero hacer ver es que, tomando como ejemplo a la rosa, si de ella decimos que es roja, y en efecto lo es -aunque muy a parte nos parezca bella, estamos siendo objetivos. Pero, si de la rosa decimos que es bella -muy a parte del hecho comprobado de que pueda ser roja- entonces ya no somos lo suficientemente objetivos a la hora de emitir nuestra apreciación sobre la misma.

A las finales lo que quiero hacer es establecer la diferencia entre un juicio de ser y un juicio de valor. Decir que la rosa bella es roja sería, pues, un juicio de ser, no interesando si nos parece bella o no, porque finalmente reconocemos que es roja. Reconocemos su cualidad de ser.

Sin embargo, decir que la rosa roja es bella es fijar la cualidad de valor de la misma, ya que -no obstante se sepa que la rosa es roja- decir que es bella ya atañe darle un valor subjetivo a la misma.

La cualidad de una rosa de ser roja es algo que todos los humanos pueden reconocer (a menos que se sea ciego o daltónico). Pero la cualidad de una rosa de ser bella ya no es una característica que todos por igual podamos validar. Ésta es netamente una declaración de subjetividad, de cómo mi yo lee, asimila e interpreta un hecho.


Por último, y valgan verdades, aquí hay mucho de juego de palabras, que combinadas de una manera específica alcanzan un efecto realizador (crean una realidad) muy interesante. No olvidemos que hacemos y deshacemos con palabras. Sirva, pues, este breve post para recordar su poder.


1 comentario:

Anónimo dijo...

muy buena kerido florín