domingo, 17 de abril de 2011

Aroma de flor


Esa flor
tenía un perfume noble, amable al sentido.
Algunos días
-menos que otros- vuelvo a pensar en aquel aroma
que paulatinamente
se va haciendo remoto, remotísimo...
Y entonces pienso
si en este inmenso Edén que es el mundo
algún día volveré a deleitarme con una fragancia similar.

Sé que hasta ese momento
habré tenido que afinar el sentido y así
no dejar de percatarme de las mil texturas infinitas
que esa flor de seguro tendrá.
Hago el esfuerzo de imaginar cómo será esa flor
que me ofrecerá esta gama de nobles aromas
y no consigo siquiera esbozar su figura
ni mucho menos alcanzo a ver su color.

A siete grandes pasos de ella
aún la pienso
y quisiera que fuera ayer para decirle
que hoy empieza nuestro futuro.
Ahora el ambiente inodoro no me ofrece

más que la posibilidad de querer imaginar
cómo será la flor que aún no tengo.