sábado, 4 de abril de 2009

Revisando el Homo videns de Sartori




Quiero compartir en esta oportunidad parte de la síntesis interpretativa de una de las más notables obras del sociólogo italiano Giovanni Sartori, Homo videns, que presentara cuando cursaba el 4ª año de sociología en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de San Marcos.

El autor, asumiendo compromiso de solución ante una problemática como la ve, a saber, la nueva configuración de un individuo formado bajo la imagen y desapegado de la cultura escrita y del saber que aquella contiene. Por tanto, sabiendo que de antemano se opone a este nuevo tipo de cultura y al formular el problema respectivo, rompe con la neutralidad valorativa y toma parte.

Un segundo importante objetivo de Sartori es remarcar como la imagen tiene cabida en la política, y cómo ésta de ve alterada por la aparición de la misma, no solo porque pueda ver sus decisiones modificadas por la presión de los medios de comunicación, sino también por cómo copa aquellos mismos para lanzar una campaña publicitaria del engaño o el apaciguamiento con la finalidad de tener controladas a las grandes masas.

El tercer aspecto del autor está dado por rescatar el papel de otros medios de comunicación precisamente en la tarea del comunicar y formar ciudadanos con opinión y juicio crítico, aunque en tiempos de dictadura tanto el periódico como la radio también puedan llegar a verse sometidas por el poder político de turno.

Giovanni Sartori presenta su análisis habiéndose valido de su observación juiciosa de una nueva problemática: el paso del homo sapiens al homo videns. Una observación que hace tanto como ciudadano común y corriente en las diversas esferas del mundo de la vida, asimismo apoyada en la observación científica de fuentes bibliográficas. Es decir, ha acudido tanto a tratados antropológicos y sociológicos, como también filosóficos, desde su postura de investigador social, y a registros televisivos, radiofónicos e impreso-noticiosos para enunciar el problema que le embarga.

Sin embargo, desde las primeras líneas de su ensayo toma parte antes la temática situacional y no duda en mostrarse pesimista por lo que vendrá. La cultura de la desinformación difícilmente variará, según Sartori, si no se modifica la pedagogía doméstica con la que se forman los niños de hoy, atrofiados culturalmente por la imagen y sus múltiples colores, que le mellan en su capacidad de abstracción.

El autor traza los límites de su estudio temporalmente hablando, cuando reconoces que con la llegada de la imagen televisiva se desencadena el nuevo proceso antropológico de formación del individuo, el homo videns. Entonces, son los años 60 en adelante que le interesan a Sartori para su análisis. Esto igualmente va de la mano con el periodo de la posguerra mundial, en que dos grandes bloques se disputan la hegemonía del mundo y se ven constreñidos a sofisticar sus instrumentos de colonización y dominación.

Por otra parte, el corte espacial del análisis, que si bien no prescinde del acicate generalizador, parte del reconocimiento de una nueva realidad reconocida por Sartori en su Europa natal, pero que él en ningún momento supone única de esa parte del mundo, ellos porque la tv y su elemento visual ya para entonces a empezado a expandirse por todo el mundo como la nueva innovación tecnológica que sorprende al hombre porque le habla de su gran talento para evolucionar y de su audacia para acortar las distancias entre los diversos puntos de la tierra.

El homo sapiens.-
Se caracteriza por tener capacidad simbólica, lo que implica que habita un universo simbólico caracterizado por tener lengua, mito, arte y religión.
En lo referido al lenguaje, este puede ser de tipo conceptual o del sentimiento, lógico o de la imaginación poética.Las civilizaciones han alcanzado un determinado grado de desarrollo con la aparición y difusión de la escritura, y que mediaría definitivamente entre el tránsito de la oralidad a la palabra plasmada en el papel.

Más adelante el surgimiento del teléfono configurará un nuevo escenario de las comunicaciones al tener la capacidad de acortar distancias. Lo mismo en su momento hará la radio al difundir cosas dichas con palabras.
La ruptura cultural que Sartori enuncia vendrá con la llegada de la tv, que implicando el poder ver desde lejos moldeará la percepción del individuo al constreñirle al hecho de que el ver prevalece sobre el hablar.

El vídeo niño.-
Es la tv la que modifica primero y fundamentalmente la naturaleza misma de la comunicación ya que traslada del contexto de la palabra al contexto de la imagen.
La imagen es pura y simple representación visual. Se ve y eso es suficiente. Para verla basta con poseer el sentido de la vista, y es que la imagen no se ve en chino, árabe o inglés. Se ve y punto.
En cambio la palabra es un símbolo que se resuelve en lo que significa, en lo que nos hace entender. Y entendemos la palabra solamente si conocemos la lengua a la que pertenece.
La tv modifica la relación entre entender y ver.

Características del vídeo niño.-
- Se hace un hombre que no lee.
- Deviene un ser reblandecido por la tv.
- Se vuelve adicto a los vídeo juegos.
- Solamente responde a estímulos audiovisuales.

Entonces, se configura como un ser atrofiado culturalmente, con pérdida de la capacidad de abstracción.
La tv no es solamente un instrumento de comunicación, es también un instrumento antropogenético, un medium que genera un nuevo antropos, un nuevo tipo de ser humano.

La lectura del problema que hace Sartori es la siguiente: la tv forma y propaga una cultura de la incultura. Se combinan la perspectiva antropológica y sociológica en esta afirmación en el sentido de que hablamos de cultura, simplemente, porque reconocemos patrones de acción y conducta propios de las nuevas generaciones de individuos, de grupos humanos, caracterizada por esta devoción a la tv, intencional ahora pero no desde un primer momento. Ahora bien, la perspectiva sociológica habla de una incultura en el sentido de que tenemos hombres ignorantes, ajenos a un reservorio de conocimientos que la sociedad reclama como necesario para la formación de personas bien cimentadas, esto es, conocimientos de política, economía, historia, literatura, filosofía, música, actualidad, etc, y que el individuo de hoy no tiene. En vez de ellos tiene imágenes que poco le ayudan a conceptuar ideas e interpretar procesos situacionales.

La vídeo política.-
1.- El poder de la imagen también está a disposición de las dictaduras.
2.- El pueblo opina en función de cómo la tv le induce a opinar.
3.- La tv condiciona fuertemente el proceso electoral.
4.- Asimismo, la tv hoy por hoy tiene la capacidad de condicionar las decisiones del gobierno.

Formación de la opinión.-
1.- Distorsiona a los líderes intermedios de opinión.
2.- Le da a escoger a la ciudadanía en quién se debe confiar y en quién no; quién es sujeto de crédito y quién no.

No importa que la imagen pueda engañar aún más que las palabras. Lo esencial es que el ojo cree en lo que ve. Lo que ve le parece real. El poder obnubilador de la imagen es aprovechado por diversos grupos de poder, entre ellos y con especial asiduidad, los gobiernos, no únicamente las dictaduras, como lo menciona Sartori; los gobiernos democráticamente elegidos también recurren a ella para mantener a la ciudadanía “entretenida” y con su barómetro de crítica a las acciones del gobierno adormecido, pues teme alzamientos populares. Este temor es mayor cuando el gobierno se sabe poco inteligente, y por tanto, se sabe menos eficiente en la consecusión de todo un programa de gobierno planteado durante el proceso de elecciones.

Empero, con un uso abusivo las dictaduras recurren al imperio de la imagen con altas dosis de mediaticidad para tapar protestas sociales preocupantes, creando así la imagen de que nada pasa, de que todo está bien. Esto se corrobora durante la década pasada, cuando en el poder del país se cernía la figura de Alberto Fujimori, y que pretendía acallar las voces de denuncia no solamente con represión violenta sino con la ridiculización del reclamo en sí mismo, valiéndose para ello de un elenco de medios de comunicación genuflexos que difundían la efectividad de las acciones del gobierno, pero que además le daban a telespectador basura televisiva que gustoso consumía.

Se formaba en la desinformación y la estupidez, teniendo cómicos ambulantes de chistes obcenos que le hacían reír y vedettes vulgares que le elevaban sus niveles de libido hasta el orgamo repulsivo.
Por otra parte, la tv tiene la capacidad de poner la agenda a los gobiernos de turno; les indica qué temas debe tocar y cuáles no. En este caso se reconoce una situación diversa a la anterior descrita, donde se tiene un gobierno enclenque que no sigue sus propias pautas sino que se ve apabullado por los medios de comunicación que le dicen qué debe hacer.

Esta capacidad de la tv a veces sirve. Hace poco se destapó el caso de una señora infectada con el virus del sida en un nosocomio público. La mujer presentó su queja correspondiente sin recibir mayor atención para su caso. Tuvo que intervenir la tv para que se hiciera pública su situación y ejerciendo presión esté resarciera a la víctima e iniciara las investigaciones respectivas para dar con los responsables. Lo mismo cuando el presidente Toledo negaba a reconocer a una de sus hijas. Es decir, cuando la tv quiere se vuelve colaboradora o crítica del gobierno; este estado de las cosas varía de acuerdo a la escala de presiones e influencias que tengan los gobernantes de turno sobre los medios de comunicación. O sea, depende de la manera en que se negocie.

Gobierno de los sondeos.-
Respuestas que se dan a preguntas formuladas por el entrevistador. Las respuestas dependen ampliamente del modo en que se formulan las preguntas, así como también, el hecho de que el que responda se sienta forzado a dar una respuesta improvisada.

Como se ve, su característica principal es difundir entre la ciudadanía la respuesta generalizada de tan siquiera un sector de la población, y manipular esa información a piacere del que le conviene, llámese el dueño del medio de comunicación que quiere presionar en el gobierno con un interés específico, comúnmente de tipo económico, o de un gobierno de turno maridado con alguna televisora y que busca aplacar a la opinión pública y su juicio crítico con la imagen de que la opinión de unos cuantos es universal. Pero esos cuántos que brindaron a medias dicha información igualmente son víctimas de la desinformación, a su vez, en el sentido de que puedan estar respondiendo sin mayor conocimiento de causa.

Por tanto, la mala intención esta en formular la pregunta al entrevistado, con apoyo de la falacia de la pregunta compleja seguramente, y no instruirle al responder.

También la imagen miente.-
Los noticieros de tv ofrecen al espectador la sensación de que lo que ve es verdad, que los hechos vistos por él suceden tal y como él los ve.
La tv puede puede mentir y falsear la verdad. La diferencia es que la fuerza de la veracidad inherente a la imagen hace que la mentira sea más eficaz, y así, más peligrosa.

Las vídeo elecciones.-
La tv influye más cuanto menores son las fuerzas contrarias en juego, y especialmente cuanto más débil es el periódico.

Además la tv personaliza las elecciones: menos personas y no programas de partido, y personas constreñidas a hablar a cuentagotas. Propone personas en lugar de discursos. Por tanto, la carrera presidencial, por ejemplo, se convierte en un espectáculo en el que el espectáculo es lo esencial y la información tan solo un residuo.

La vídeo política reduce el peso y la esencialidad de los partidos, y ello les obliga a transformarse.
Ya no es necesario el partido de peso, tan solo el ligero, y basta.

Acuerdos y desacuerdos con el autor.-
Definitivamente uno de los puntos de mayor acuerdo que se pueda tener con el autor es que con esta exposición haya decidido evidenciar una problemática muy propia de nuestro tiempo: la configuración de un nuevo tipo de hombre, el hombre que no lee y prefiere ver, y para ello se deja asistir por la influencia de la tv. No sería reprobado esto que se dice por el autor si la tv a la que recurriera el niño fuera un tv que forme, pero lamentablemente eso no es así. La hegemonía la ejercen los medios de comunicación que forman hombres incultos, y con ello desinformados, poco conscientes de la realidad en la que se encuentran y sin la capacidad de reconocer problemáticas sociales nacionales ni entramados de poder entre personas e instituciones.

Por ejemplo el vídeo niño, según dice Sartori, no nace atrofiado culturalmente, se forma. Y se forma desde los primeros años de vida, cuando inexorablemente tiene que quedarse solo en casa porque los padres tienen que salir a trabajar, y no le encuentran una mejor manera de entretenerse que sentándolo ante la tv horas de hora, haciendo un consumo insegregado de lo que bien pueda consumir a través de ese medio de comunicación, sin guía ni orientación de nadie.

Cuando la tv no existía los niños pasaban las horas leyendo, mataban el tiempo, pero hoy por hoy prefieren hacerlo no solamente con la tv sino también recurriendo a los vídeo juegos que estupidizan y generan personas sin crítica inteligente ni puntos de opinión, o a lo mucho alcanzan pareceres de las cosas la mayor parte de las veces blandos y poco consistentes.

Aquí mismo podemos darnos cuenta que si esto acontece no es tan siquiera porque los padres prefieran irse a trabajar y prefieran dejar estupidizándose a sus hijos. Lo hacen porque la imagen tiene tal poder de seducción valiéndose para ello de que entra por los oídos y los ojos; en cambio la lectura tan solo entra por los ojos. La imagen tiene la absoluta capacidad de ilustrar. Sin embargo, he ahí el reto que Sartori reclama: formar en nuestros hijos la capacidad de abstracción y de pensamiento espacial sin necesidad de recurrir al objeto. La lectura genera la facultad de que interrumpida ésta para poder imaginar lo que leemos, podamos bien cerrar los ojos y ver eso que acabamos de leer.

Pero si algún desacuerdo podemos tener con el escritor italiano es el hecho de que todo lo vea en blanco y negro, de que subestime por demás a la tv y no le reconozca el mérito, digámoslo así, de poder llegar a donde otros medios de comunicación no llegan con la finalidad de denunciar, cumpliendo así una misión social con basamento en la sensibilización y toma de conciencia de determinadas problemáticas que acontecen a miles de kilómetros de nuestro hogar, o de presentarnos toda una gama de referentes demográficos y culturales que quizá jamás en nuestra vida lleguemos a conocer.

Si es cierto que la imagen encandila, no menos cierto es que la imagen también conmueve más, y ha sido capaz, a razón de ello, de poder hacer nacer un espíritu humanitario alrededor del mundo, que ha superado distancias y que ha unido a miles de personas en un solo sentimiento, como cuando Juan Pablo II recorría el mundo llevando un mensaje de paz y esperanza que difícilmente habría podido impactar en la sensibilidad e imaginario de muchas personas si únicamente hubiese sido transmitido vía las noticias de los periódicos o la radio.

No se trata de hacer apología de la tv ni menos de la imagen, pero tampoco se puede mezquinar a aquella su poder ingente de conmoción sobre los hombres.