miércoles, 22 de agosto de 2012

Los ausentes




Hasta anoche
supe que contestaban 
a lo que en mi confusión les decía...
Hasta anoche
el consuelo que encontraba en sus palabras
me devolvía fortaleza para seguir...
Hasta anoche
quise creer que no estaban ausentes...

Esta mañana
desperté y caí en irremediable cuenta
que debo recitar un monólogo...
Esta mañana
recogí los fragmentos infinitos de mi fábula...
Esta mañana
opté por reemplazar las voces ausentes
por mi solo canto llamado a ser etéreo...

Cuando caiga la noche
volveré a mi estancia amena
y a mi soledad perfecta
y a mi calidez tierna
para envolverme en un silencio
que no pone peros a mi discurso.

Tomaré el calor que emana de mi ser
y encontraré el alivio noble
que sana rupturas y devuelve el brillo...
Allí en mi estancia amena
sin pensar ya más
en la partida de los ahora ausentes.