lunes, 16 de abril de 2012

Ventana al alma



Me devuelves
un buen semblante, joven
y ansioso de vivir, de no sufrir.
Y tu entorno
es mi entorno, con su estática y su dinámica...
Nuestros mundos son uno mismo.

Recurro a ti, mi buen amado
para saber cómo estoy.
No tardas 
más tiempo del que me toma abrir los ojos
cuando estoy frente a ti
para saber qué me sucede... 
Puedo confiar en ti sin ninguna duda.

Eres un leal amigo
que no me me niega la virtud,
que no me maquilla el dolor
ni me inventa al ser que no fui.

Es que siempre he recurrido a ti
sabiendo que estás allí por mí.
Pintas con definición quien soy
entre tonos cálidos, fríos y así me haces surgir.
Jamás otro me saldría al paso,
ocasión propicia para encontrarme humano.