No se puede amar
aquello que no se conoce...
Y sólo puede conocerse
aquello que es susceptible
de ser percibido por nuestros sentidos.
Mi sentido...
Yo te digo qué ver
y oír y tocar...
Y me gustaría, pero tanto
que percibieras la eternidad
por más inmensa que ésta sea.
Nos interpela
y nos exige alcanzarla... ¿Cómo?
¿Vamos a darle una respuesta?
La tenemos siempre cerca
y sabemos cómo es... Basta
deleitarse con el mar
y angustiarnos
ante el hecho de que podríamos
no llegar a asirla jamás.
No siempre estarán
papá y mamá
para decirnos qué hacer
y cómo llegar... No habrá por siempre
quien nos diga por qué optar.
Entonces... No será fácil...
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