Me hablan...
Me hablan, me dicen
que ahí está... Entonces
creo que me están invitando
a abrir los ojos...
No pienso a veces
que ya los tengo abiertos.
Son la voz de Dios, de la vida
o del destino que me recuerdan
que aún estoy a tiempo.
El recurso y el tiempo aún
me son propicios.
¿Debo solamente dejar
que me susurren el sendero?
¿Y si quiero más de cinco minutos?
¿Cuánto más debo esperar?
Mi vida me espera y me está llamando
¿Y debo yo aguardar una invitación suya
con un sobre lacrado?
Mañana sabrán de mí
y sabiendo de mí no moriré jamás
pese a que tenga que partir de este mundo.
¿Quién me dijo acaso
que ya no es posible soñar? Yo...
y sólo sé que no merezco un color gris...
¡El recurso! ¡Ahí está aún!
Y el tiempo no va a esperarme por siempre.
Me interpela pidiendo mi decisión.
Rey de pasos cortos pero precisos
que marcha sobre los cuadros
de un tablero de ajedrez.
Me ha sido ceñida una corona
y pulida brilla y el sol en ella se contempla.
¡Honra el nombre y el esfuerzo
y alcanza tu camino
y grita por el eco universal
que tienes el recurso y el tiempo!
Aún...
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