Bel Canto Spectacular (2008) es el nombre del cd más reciente que el tenor peruano Juan Diego Flórez ha lanzado al mercado. Esta producción -que definitivamente es una joya para quien atesora los discos en los que se encuentra registrada la voz de ruiseñor de este cantante lírico- se encuentra matizada por los numerosos dúos que conforman esta presentación. En efecto, la intensión que los productores de la casa discográfica Decca tuvieron desde un inicio fue hacer un disco en el que el tenor peruano pudiera recrearnos algunas de las escenas lúdico-musicales más brillantes que se contienen en las óperas de compositores italianos como Rossini, Bellini y Donizetti, los tres, preclaros integrantes de la corriente belcantista italiana, la misma que predomina el lucimiento de la voz mediante artificios vocales sorprendentes que consigan en cierto modo desplazar a la orquestación para concentrar en sí toda la atención del oído entendido.
Y es que el bel canto, como su nombre lo dice, es un canto bello, lleno de frases delicadas y ligadas, recitativos previos a la página solista propiamente cantada tachonada de motivos, con empleo frecuente della mezza voce (media voz), filados (esto es notas dadas del piano al forte, de lo suave a lo sonoro), y por supuesto, los infaltables agudos y sobreagudos que hacen en sí la delicia del aria (página solista) que se canta.
En Bel Canto Spectacular, Flórez se hace acompañar por diversos colegas del medio. Entre los más famosos contamos a la soprano italiana Patrizia Ciofi, la soprano rusa Anna Netrebko, la mezzosoprano italiana Daniela Barcellona, un barítono más que no conozco y el ya mítico tenor español Plácido Domingo.
El cd no solamente tiene dúos, el atractivo principal y por lo cual es éxito de ventas; también tiene arias, pero éstas no son mi interés comentan en esta ocasión. Hoy son los dúos a los que quiero referirme con más detalle.
Flórez y Netrebko cantan el famoso dúo del tercer acto de I puritani de Bellini, Vieni fra queste braccia, página para tenor y soprano por supuesto. Esta versión, en mi particular opinión, fue hecha con la preclara intensión de resaltar ostensiblemente la voz de nuestro tenor peruano. Quien es entendido en este oficio sabe que I puritani es una ópera en la que preferentemente se lucen con mayor brillo las voces lírico-ligeras, esto es, las voces de los cantantes con un registro que se extiende hasta las dos octavas y media en el pentagrama, y Netrebko, que podrá ser una muy bella y sensual cantante a la hora de pararse en el escenario, no consigue cumplir debidamente los requerimientos de esta partitura belliniana. En cambio Flórez, hasta más no poder, se apodera del temible re sobreagudo y opaca a la rusa, que se queda fría como si estuviese en la más gélida de las tierras siberianas de su patria natal.
Gol para Flórez que ha vencido... digo, ha conseguido lucirse en el primer dúo del cd. ¡Él solito nada más!
En Di che son reo?... D'alma Celeste, de la ópera Il Viaggio a Reims de Rossini, Flórez se hace acompañar por la mezzosoprano italiana Daniela Barcellona, y sin mayor esfuerzo vocal nuevamente impone su canora voz. La voz de la mezzosoprano, como su nombre italiano lo dice (medio soprano), no llega a ser una voz tan aguda como la de la soprano ordinaria. Es una voz más oscura, que en la cuerda masculina tiene su par en la del barítono, por ende nunca tan aguda como la del tenor común y silvestre. Así, de medir la voz de un tenor con la de una mezzosoprano es lógico, digámoslo así, que sea la del primero la que alcance mayor lucimiento por conseguir dar sonidos más agudos.
Nuevo gol de Flórez, que se hace de la euforia del melómano amante del arte vocal por el arte vocal.
Ah, vieni, nel tuo sangue vendicherò le offese, de Otello, siempre de Rossini, Flórez canta con el ya legendario Plácido Domingo, y canta con él este dúo por no haber podido encontrar otro que cantar con el desaparecido Luciano Pavarotti, del cual Flórez se ha declarado siempre profundo admirador. Este dúo, cantado por Flórez y Domingo -el primero en la plenitud de su carrera, y el segundo en el ocaso de su vida escénico/vocal- es de un terrible mal gusto. La voz de Flórez está chillada en todo momento, mas no por ello esta versión deja de ser interesante y objeto para la crítica musical.
Flórez aplasta vocalmente a Domingo, actualmente refugiado en roles wagnerianos en los que sus capacidades vocales han encontrado un último refugio para seguir dedicándose a esa pasión que se llama canto. Es más, Domingo canta el rol del Otello rossiniano con una osadía, porque ni aún en sus años mozos hubiese conseguido cantarlo como se habría esperado en esta ocasión. Jamás las aguas rossianianas fueron vía cómoda por las que la voz de Domingo pudiese hallar decurso armonioso. Entonces, ¿de qué estamos hablando? Ésta no es más que una jugada marquetera para conseguir mayor número de ventas.
Flórez luce su voz cual joven veinteañero que expone su falo pronunciado lleno de vigor ante un anciano que ya solamente puede atinar a asentir en las buenas dimensiones del mismo por vergüenza a mostrar el suyo propio y no poder más competir con el de su antagonista.
Finalmente, Flórez canta Linda! Linda!... Da quel dì che t'incontrai, de la ópera Linda di Chamounix de Donizetti, y aquí ya nuestro tenor peruano no consigue opacar las altas y delicadas notas de la soprano italiana Patrizia Ciofi, la misma que le acompaña en el dúo. En tal sentido, y parafraseando el título de la obra, ¡la Ciofi sí que la hace linda!
Ciofi, soprano ligera de bella voz, canta el rol de Linda con una comodidad insuperale, dejando lucir una capacidad vocal impactante. Es más, de sólo pensar que a la misma ópera pertenece el aria O luce di quest'anima, página concebida para la voz de soprano, simplemente empieza a latir mi corazón, expectante de oír cómo se alcanzan los agudos y sobreagudos más delicados que se puedan oír en página semejante. ¡Una exquisitez sin parangón!
Recomiendo que compren este cd por cualquier caso: si quieren oír por primera vez a Flórez -en caso de no haberlo hecho antes- o si quieren oírlo nuevamente y con otros pasajes de su habitual repertorio. O también como un primer acercamiento al mundo de la música lírica, o simplemente para escuchar de cuánto es posible la voz humana, y más si esa voz es la del tenor peruano Juan Diego Flórez.
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